¡Hola! ¿Qué tal tu domingo?
Vengo a contarte que no, no voy a superar el reto del Nanowrimo. Lo digo como si en algún momento lo hubiera hecho. No, tampoco. El Nanowrimo es un reto que se me resiste desde siempre. ¿Por qué? Voy a contártelo.
¿No sabes lo que es el Nanowrimo?
El 1 de noviembre no solo comienza nuevo mes, sino también el Nanowrimo. Durante todo el mes, los participantes deben escribir 50.000 palabras para superar el reto. 30 días, a poco más de 1600 palabras diarias, en los que miles de personas de todo el mundo dedican horas y horas de su tiempo a la escritura.
Aunque el reto original es el de noviembre, Nanowrimo ofrece otras alternativas. En abril y en julio se abre el CampNanowrimo. La ventaja de esta opción es que tú mismo marcas el reto. Puedes quedarte lejos de las 50.000 palabras que requiere el Nanowrimo y, aun así, superar tu propia meta.
Aún puedes apuntarte al Nanowrimo 2020. ¡Estás a tiempo!

¿Qué me ocurre con el Nanowrimo?
Me apunté por primera vez al Nanowrimo hace cuatro años. En aquella convocatoria no hice ni el intento de superar el reto. Me inscribí, me olvidé de él, y a otra cosa.
Un año después, en 2017, empecé a tomármelo en serio. Y avancé un poco más hacia el reto, pero quedándome lejos.
Desde ahí, dos Nanowrimos más y tres CampNanowrimo. en los que tan solo una vez he estado a punto (menos de cinco mil palabras) de conseguir esas ansiadas 50.000.
En algunas ediciones ha sido por falta de tiempo. Cuando tienes un ritmo de escritura lento, es muy difícil alcanzar esa cifra a la vez que tienes otras ocupaciones. En otras, porque el proyecto no estaba bien planificado. Presentarte al Nanowrimo, siendo mapa (viré desde brújula hace algunos años), sin tener la novela planificada, puede que no tenga buenos resultados. En mi caso, no los ha tenido.
Nanowrimo 2020 parecía la oportunidad ideal. Novela planificada casi al completo y un mes tranquilo de trabajo. La vida me ha dicho: no.
El proyecto que voy a escribir en este Nanowrimo se llama ProyectoSub. Una novela de aventuras, fantasía urbana y un toque de contemporánea. La empecé a planear con tanta antelación, que incluso pensé que me pondría a escribir antes del 1 de noviembre. Las últimas semanas han sido complicadas en cuanto a tiempo, y todavía quedan alrededor de ocho capítulos por planificar. Mi objetivo era, desde el principio, comenzar el Nanowrimo con toda la planificación hecha. Primer problema.
Además, lo que pintaba como un mes tranquilo no lo va a ser tanto. Poco tiempo, poco Nanowrimo.
Otro año más en el que probablemente se me escape el reto. Escribiré, pero no al ritmo que requiere el Nanowrimo.
En estos momentos también es importante recordar que es bueno descansar y saber dónde están tus límites. Ya no solo de tiempo, sino de capacidad. Cuando no se puede, no se puede. Respecto a eso habló Andrea Tomé, escritora, en un artículo de hace un par de años para su blog. En él da unos consejos sobre cómo llevar el Nanowrimo, y en uno de sus consejos destaca el descanso.
También es importante tener presente que el reto Nanowrimo es eso, un reto. Ni más, ni menos. Beatriz Esteban, escritora, reflexionó sobre ello en su web. No hay que exigirse más de lo que se puede dar.
El Nanowrimo 2020 pinta mal para mí. Espero que el 2021 reúna condiciones mejores como para poder superarlo, ya sea en abril, julio o noviembre.
Y tú, ¿te apuntas?