¡Hola!
¿Qué tal tu semana? Me alegro de que le dediques un par de minutos a la web, aunque no sea domingo cuando lo hagas. Cada vez me siento más cómoda en este pequeño rincón, y quiero compartir más cosas contigo.
Si me sigues en Instagram sabrás que estas últimas semanas he estado leyendo un libro llamado ‘El arte de escribir’ de David Vicente. Se trata de un manual de escritura creativa—así se define él mismo en la portada—en el que se exploran todos los elementos de un libro. La voz narrativa, los personajes, la trama… No es que descubra la pólvora, pero la verdad es que me ha parecido útil y he aprendido algunas cosas.
Como siempre, todo lo que me parece interesante lo comparto por aquí. Y esto no iba a ser menos. He recopilado algunas de las frases o consejos que da el autor en el libro por si a ti también te sirven. Son solo algunos, en el libro hay muchos más y se ponen ejemplos, actividades… De momento, ¡aquí los tienes!

Sustantivos y verbos débiles
El primer consejo que me quedó grabado es que no hay que darle vueltas al tema. La precisión es fundamental. Lo importante es evitar los elementos que no aporten nada, los verbos que sustituyan a otros y los sustantivos generales. El castellano es lo suficientemente rico como para sustituir ‘se hace una casa’ por ‘se construye’. Y tiene toda la razón con el consejo, las cosas como son. Para qué usar cuatro palabras cuando con dos se explica perfectamente.
Transformar la observación en algo útil
¿Cuántas personas ves a tu alrededor a lo largo del día? Ni siquiera tienen que interactuar contigo, sino pasar por delante de tus ojos o conversar cerca de ti. Todo lo que ocurra a tu alrededor es útil para la historia que quieres escribir. Esto es por lo menos lo que dice el autor.
Sí que he visto en alguna ocasión a alguien con una libreta por la calle, pero nunca me he animado. ¿Quizá sea el momento?
Ten siempre algo oculto
David Vicente explica en el libro que es bueno ocultar cierta información. No dárselo masticado al lector. Siendo sincera, a todos nos gusta resolver el crimen o averiguar qué le ocurre al protagonista. Como escritores, debemos preservar información, dejarla entrever para que el lector—como nosotros cuando los somos—también juegue con la historia.
Me ha ocurrido en alguna novela el tener que decir: ‘Esto ya me lo has dicho antes, por favor’. Y también es un fallo que he cometido. Tengo que intentar quitármelo.
Cómo lo cuentas mejora el qué cuentas
Me encanta la idea del autor de mirar la trama desde todos los ángulos para ver cuál le favorece más. De hecho, es uno de los consejos que más me ha gustado del libro. Es un problema que arrastro y que siempre me crea inseguridad antes de escribir. ¿Quién va a contar la historia y por qué? Porque no es lo mismo que lo haga un personaje que otro. Todo cambia.
Habrá que darle vueltas a la trama para buscar ese punto exacto.
Cada diálogo es diferente
Este es también uno de mis puntos débiles. Es la parte que más me gusta de escribir, el diálogo, pero cuando los releo noto que hay algo extraño.
Lo que explica el autor en el libro es que los diálogos tienen que parecer reales—hasta aquí, obvio—y que cada frase tiene que tener una relevancia. Hablar por hablar… Y ya no solo eso, sino que cada personaje tiene su propia manera de hablar. Como todas las personas, tienen sus expresiones, su estilo… y es importante que esto se refleje. Es toda una asignatura pendiente para mí.
El ‘dijo’ es maravilloso
Es algo que podrás escucharle a todo escritor que alguna vez haya dado consejos. El verbo ‘decir’ es inevitable. Por eso se repite tanto y sentimos la necesidad de sustituirlo. Pues no. Porque es lo que hacemos, decir, no hablamos con constantes cambios de voz.
Un punto de vista especial que nunca había tenido en cuenta es lo que dice el autor en el libro: el ‘dijo’ prácticamente es omitido por el lector, no va a notar la repetición.
Encontrar la voz
La joya de la corona, lo que todo autor persigue: tener una voz propia. Es difícil distanciarse de tus autores preferidos. Recibimos un flujo constante de influencias. Pero David Vicente remarca que esto es normal, y que incluso puede no desaparecer. Encontrar la voz no significa apartase de todo, sino integrarlo y aportarle un punto personal. A todos nos gustaría que alguien nos leyese y nos reconociese, pero es un paso difícil.
Esto son los siete consejos y reflexiones que me han parecido más interesantes del manual. En pocas semanas tendrás otra entrada con una segunda parte. Voy a intentar hacer algunas de las actividades que plantea.
De momento, nada más. Sabes que me puedes encontrar en todas mis redes sociales hasta el domingo, que volvemos a leernos por aquí. ¡Hasta entonces!
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